martes, 27 de mayo de 2014

EL AMOR DEL MUNDO Y EL AMOR DE DIOS

EL AMOR DEL MUNDO Y EL AMOR DE DIOS
(1Corintios 13:1-8) “1 Si yo hablase en lenguas humanas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe de manera que pudiese trasladar los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor de nada me sirve. 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, 5 no hace nada indebido. No busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarań. Y cesarań las lenguas y la ciencia acabara”.

INTRODUCCIÓN
El hombre y la mujer procuran gozar de felicidad, en sus vidas. Pero como hay muchísimas personas que no encuentran el sentido a su vida, y no alcanzan la alegría y la felicidad y se desesperan vivir una vida vacía.
Por ejemplo: Se aproxima otra tradición del mundo del 14 de Febrero que la gran mayoría de “cristianos” están involucrados y recibirán y quizás darán regalos, que todo esto es porque según la tradición es el tiempo de demostrar amor por medio de regalos y flores, aunque el resto del año sean gritos, mal-modos, desprecios y muchos malos ratos, y después como si fuéramos personas extrañas, ¿qué es lo que sucede? ¿Porqué las personas aparentan que han alcanzado la felicidad, y el gozo, pero sólo terminan en el vacío, la frustración y el suicidio algunos? Porque han padecido de falta de Amor Verdadero, que es el núcleo del gozo y la felicidad. Todo puede aparentar perfecto, pero si padecemos de falta de Amor verdadero, nunca podremos ser felices.

FALTA DE SENTIDO EN LAS VICTORIAS SIN AMOR
Primero, una victoria sin amor no tiene ningún sentido. (1Corintios 13:1-3) dice: “1 Si yo hablase en lenguas humanas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe de manera que pudiese trasladar los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor de nada me sirve”.

Algunos piensan con orgullo por hablar mucho en lenguas. Todo el mundo pone a estudiar inglés a sus hijos, les envían al extranjero para estudiar donde puedan pensar, hablar y actuar en inglés. Todo el mundo desea dominar ese idioma mundial. Es un gran orgullo hablar bien.

La biblia reconoce el hablar en lenguas angelicales.
(1Co 14:2-4) “2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios;  pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. 3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. 4 El que habla en lengua extraña,  a sí mismo se edifica;  pero el que profetiza,  edifica a la iglesia”.



(1Co 14:6) “Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?”.
(1Co 14:13,14) “13 Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. 14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto”.
(1Co 14:26-28) “26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación.  Hágase todo para edificación. 27 Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. 28 Y si no hay intérprete, calle en la iglesia,  y hable para sí mismo y para Dios”.

Es asombroso hablar en lenguas angélicas. Pero si no hay amor, todo esto es como metal que resuena o címbalo que retiñe. Todo es superficial, y su esencia no es el amor. Para hablar en muchas lenguas debe haber mucho amor en el corazón.
(1 Juan 3:18,19) dice: “18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 19 Y en esto o conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él”.

También dice la Doctrina de Cristo en la biblia que aunque se pueda profetizar, y tener todos los conocimientos, fe al punto de mover los montes, pero no tenemos amor de nada vale. La biblia dice que aunque alguien pueda profetizar o tener la fe de mover montes, pero no tiene amor, nada es. A los ojos de los demás son grandes pero no a los de Dios. Los ojos de Dios y los nuestros son demasiados diferentes.
También dice la biblia que si alguien repartiese todos sus bienes para los pobres, y no tiene amor de nada sirve. No tiene nada de utilidad. Hoy en día se realizar mucho estas obras sin amor. Si vemos la demanda social de hoy en día, las empresas comerciales dan donaciones de dinero para evitar las censuras sociales.

No porque quieran. Pero delante de los ojos de Dios no valen nada. Si no tiene amor, aunque reparta sus bienes no tiene ningún sentido. Hoy día hay personas que ofrendan sus cuerpos.
Muchas personas dicen que matan por su familia y su nación. Los terroristas aparecen como plagas. Ponen en sus cuerpos bombas y explotan en pedazos. Pero como la razón no es el amor, sino por venganza, no sirve de nada. Si alguna religión te dice que puedes ir al cielo por esa acción te mienten. Todo lo hecho por odio no es útil.
La biblia dice que aunque se entregue el cuerpo para ser quemado, y no tiene amor vano es. En el corazón del hombre hay un gran vacío. Y no se llena con placeres del mundo, ni con honra ni autoridad. Más bien se llena de desilusión, insatisfacción. Lo único que lo debe de llenar es el Amor de Jehová Dios por medio del Espíritu Santo.

Y sólo cuando lo recibes dentro tienes una real satisfacción. El que puede gozar de verdadera alegría y felicidad es el que recibe al Espíritu Santo. Sólo el amor diferencia a los hijos de Dios con los hijos del diablo. Ellos llevan la misma cruz de Cristo, dicen amén juntos, aleluya, cantan juntos, vienen al servicio juntos, pero lo que nos distingue como hijos de Dios es el Amor.



Si no hay amor, aunque la persona hable lenguas angelicales, profetice, sólo es metal que resuena o címbalo que retiñe. Así se tenga poder de profecía, toda la ciencia, y la fe para mover montañas, sin amor no somos nada. Aunque demos todos nuestros bienes, o demos nuestro cuerpo para ser quemado, de nada sirve. A los ojos de Dios, sólo el amor tiene valor. Sin amor; ni el dinero, ni la música, ni el arte y ni la vida cristiana puede ser igual, sin amor no somos nada.

Si tengo amor, se manifiesta la sinceridad. El ritmo del amor está en Corintios 13, y la gente se pregunta si lo tiene. ¿Lo tienes tú? Puedes saberlo con Corintios 13.
Así como se puede saber si hay amor entre los hijos y padres. ¿Qué pasa si hay amor? Dice que el amor es sufrido. ¿Cuál es la señal de que los padres aman a sus hijos? Es el soportar. Soportar su cama llena de orín, lo pone en una cama seca y cuidarlo hasta que se le rajen las manos de estar lavando los cobertores y su ropa. Porque lo ama.

Lo mismo es entre los esposos. Si se aman, soportan procuran entenderse, y para estar de acuerdo. Si no hay nada de esto es porque no hay amor. El amor siempre está con la paciencia. ¡Te amo! decir esto y luego no poder soportar no es amor.
(Hebreos 12:3) dice: “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”. Dios soporta nuestras debilidades porque nos ama. (Santiago 5:7) dice: “Por tanto, hermanos,  tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía”.

Soportar por mucho tiempo es amor. Si quieren saber si aman o no a una persona, vean si lo soportan mucho tiempo para entenderlo, o estar de acuerdo con ella o el.
Si hay amor hay mansedumbre ¿No tratan los padres con suavidad a sus hijos? Es por amor. Al amor siempre lo acompaña la mansedumbre. Si el esposo trata con suavidad a su esposa es porque la ama. O la esposa a su esposo, o entre vecinos. Es la señal del amor.
(Efesios 4:2) dice: “Con toda humildad y mansedumbre, soportándose con paciencia en amor”. Jesús dijo: (Mateo 11:29) “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,  que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30  porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Así que si no somos suaves con alguien es porque no lo amamos.

También dice que el amor no es envidioso. ¿Acaso los padres que aman a sus hijos los envidian cuando les va bien? ¡No! desean que les vaya bien, porque los aman. El esposo que ama a su esposa no la envidia porque le va bien. La esposa que tiene celos y envidia por su esposo es porque no lo ama. Si envidiamos a los demás porque les va bien es porque no tenemos amor. Pero hoy se envidia. Si queremos probar si tenemos o no amor debemos revisar si envidiamos a los demás. (Proverbios 17:9) dice: El que cubre la falta busca amistad, más el que divulga, aparta al amigo”.

Si hay amor no hay arrogancia. El que es arrogante hace sentir a los demás inferiores. Los conceptos sociales nos impiden compartir. Sus vidas son muy diferentes. Lo podemos ver en los restaurantes que ellos vitan y las cuentas que ellos pagan y en su forma de vestir lujosa ropa y dicen con arrogancia y presunción siempre, lo que comen y

visten aprenden la arrogancia. (Proverbio 27:1) dice: “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día”. (Santiago 4:14) dice: “cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”. (Santiago 4:16) dice: “Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias.  Toda jactancia semejante es mala”.

No hay nada de qué enorgullecerse. Porque estamos vivos por la misericordia de Dios, somos salvos por Él. La biblia dice que el que se jacta lo haga en el Señor.
Por ejemplo: No necesitamos mentir a los hijos diciendo: Cuando era joven yo estudiaba mucho, era obediente, ordenada(o). Cuando el esposo se jacta ante su esposa, la mayoría no cree y se ríe de él; o lo mismo es con la esposa que se jacta ante su esposo. El que ama no hace sentir inferior a los demás.

Si amamos no somos jactanciosos. El amor no se envanece. El que se envanece dice: No hay nadie como yo. ¡Sean como yo! Los padres que aman a sus hijos no se envanecen diciendo: ¡Sean magníficos como yo! Si el esposo dice: Debes estar muy feliz por casarte conmigo, o la esposa: deberías estar agradecido de haberte casado conmigo; es porque no se aman.

¡No pienses que encontrarías fácilmente alguien como yo! Estas palabras hacen mucho daño. El que ama cada vez mengua más y eleva a la otra persona.
(Proverbios 16:18) dice: “antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”.
(Filipenses 2:3) dice: “Nada hagan por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a eĺ mismo”.

Entre esposos, o vecinos debemos alagarnos y menguar.
(1 Pedro 5:5) dice: “igualmente, jóvenes estad sujetos a los ancianos; y todos sumisos unos a otros; revestíos de humildad porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes”.

Si tengo amor soy humilde. Además si hay amor no hace nada indebido. El comportarse descortésmente y no darse el tiempo para saludar a los hermanos, que hoy en día los siervos de Dios se descuidan mucho en esta área.
Siempre aconsejo a los siervos de esta iglesia que cuando vallan a evangelizar o hacer estudios en las casas le traten a la gente, como superiores (Filipenses 2:3) “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”. De lo contrario, esto es comportarse indebidamente, groseros y arrogantes. El que usa con delicadeza palabras, acciones, u opiniones, todo debe ser con cortesía para que haya amor.

(Proverbios 14:21) dice: “Peca el que menosprecia a su prójimo, pero el que tiene misericordia es bienaventurado”. Si ven a alguien que menosprecia y actuar sin cortesía,  es alguien que no tiene amor. El siervo de Dios, diacono, anciano, o servidores de la iglesia que se comportan en forma indebida está lejos de ser cristianos con amor. El amor siempre va acompañado de cortesía, y ́ésta tiene gran relación con la vida cristiana.



El amor no busca lo suyo. ¿Se puede llamar amor que un padre tenga de todo pero su familia siempre anden deseando cosas? ¿Se puede decir que tiene amor si un esposo abandona a su mujer? La biblia dice que el que no provee para su casa es peor que un incrédulo, (1Timoteo 5:8) porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. Sin no puede cuidar ni a su familia ¿cómo podría cuidar a otros? Si no podemos dar amor a las personas más cercanas, como son sus hijos y su esposa ¿cómo podrá dárselo a un extraño?

He visto hombres que hacen pasar hambre a su familia y ayudan a sus vecinos. El que piensa que alguien así tiene amor está bien mal. El que es fiel en lo poco lo es en lo mucho. Si ama y provee a su familia puede amar a los demás. Entonces el amor que busca lo suyo no es amor. El buscar el bien primero el de los demás antes que el suyo, ese tiene amor.
Es difícil, pero Dios dice: (Lucas 6:38) “Dad, y se os dará; medida buena,  apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
Sean cosas o amor, si damos siempre los estaremos recibiendo. (1 Corintios 10:33) dice: “Como agrado a todos en todo, no procurando mi bien, sino el de muchos para que sean salvos”.

El amor no se irrita. Para quien se enoja es poco, pero hace daño a los demás. Hoy, muchos hijos enfrentan a sus padres y éstos se irritan y le dan las espaldas a sus padres es porque ellos les han hecho mucho daño cuando se enojan, que es como clavarlos con un cuchillo. Sea grandes o pequeños el enojo siempre hace daño. Y el daño no es sólo para el que lo recibe, sino para el que se enfada. Una persona justa y gentil no se irrita. Actúa y habla con gentileza. Alguien superficial e imprudente se irrita fácilmente. Luego se arrepiente.

Entre esposos cuesta la reconciliación luego de enfadarse. Entonces enojarse es totalmente perjudicial y no realiza la justicia de Dios ni le da gloria.
(Proverbios 16:32) dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, y el que se enseñorea de su espíritu que el que toma toda una ciudad”.
(Santiago 1:19,20) dice: “Por esto mis amados hermanos; todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. Sería bueno no enfadarnos nunca, pero en esta vida es imposible no hacerlo. Muchos de Ustedes se hicieron famosos cuando eran jóvenes por ser muy enojones. Les hacían mucho daño a los demás, pero después sentían mucho complejo de inferioridad, culpabilidad y afectaba su autoestima. Enojarse es como derramar agua, luego ya no se puede recoger. Aguantar es tener amor. Si tenemos amor no pensamos en lo malo.

Si tenemos actitudes de desconfianza con los demás, no tenemos amor. Y son sentimientos de odio y del diablo. (1 Pedro 3:9) dice: “No devolviendo mal por mal ni maldición por maldición, sino bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para heredar bendición”.
(Santiago 1:21) dice: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”. Si tenemos amor no nos gozamos en las injusticias. ¿Qué significa esto? Es el camino errado de la vida. Dios es justo y eso es amor.

Si nos gozamos viendo como los hijos, o el esposo o los demás están en un mal camino, significa que no tenemos amor. (1 Juan 3:4) dice: “Todo el que comete pecado infringe la ley; porque el pecado es infracción de la ley”.
Si tenemos amor nos gozamos con la verdad. ¿Qué es la verdad? Es Jehová Dios en Jesucristo que nos trajo su Palabra Inspirada por el Espíritu Santo. Cuando evangelizamos estamos anunciando la verdad. (1 Juan 2:9) dice: “El que dice que está en la luz y aborrece a su hermanos, todavía está en tinieblas”. (Efesios 5:9) dice: “Porque el fruto de justicia es toda verdad, justicia y bondad”. (Romanos 13:10) dice: “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”. Los que andamos en la verdad tenemos amor, Entonces somos honrados, no estamos en injusticias, maldades, maldiciones y desesperaciones.

Si tenemos amor todo se sufre, todo se cree, todo se espera, todo se soporta. ¿No son hermosos atributos? (2 Pedro 3:9) dice: “El Señor no retarda su promesa,  según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. Si así no fuera ya estaríamos todos destruidos. Aunque pecamos todos los días, nos perdona y no nos abandona. Así que siempre debemos tratar de entender el amor de Dios y tratar de llevarlo a la realidad

El amor todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera. (Romanos 8:35-37) dice: “35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación,  o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Triunfamos en la vida porque hay amor. Si no tuviéramos amor, no tendíamos seguridad y no podríamos vencer en la vida.

Ahora que sabemos más acerca del amor; ¿Qué debemos hacer para amar? Debemos recibir al fundamento que es la Sana Doctrina de Cristo que es donde se encuentra el Amor que es del Padre por medio de Jesucristo, y todo Inspirado por el Espíritu Santo, en la Palabra Escrita.
Y sólo con eĺ dentro amaremos de verdad. (1 Juan 4:7) dice: “Amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios, y lo conoce. El que no ama tiene una religión o ritualismos, pero no conoce a Dios”.
(1 Juan 4:16) dice: “Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que él tiene para nosotros; Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios y Dios en él”.
(Lucas 23:34) dice: “Y Él decía: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen! Cuán grande es el amor de Dios!
(1 Juan 4:9) dice: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”.

Debemos agradecer por siempre su Amor, y orar para estar llenos de su Espíritu Santo. (Romanos 5:5) dice: “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. No somos pueblo de Dios porque le decimos a Dios, Señor, Señor, sino porque tenemos amor.



El congregarse fielmente lo hace, sólo cuando tenemos un amor genuino. (Filipenses 1:9) dice: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento”.

(Juan 13:34,35) dice: “34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

(Juan 15:12-14) dice lo mismo. “12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”.

El amor se empieza por el perdón. Si perdonamos podemos amar, si nos llenamos de amor se van las enfermedades del corazón. El odio es del diablo, y eso nos roba, nos mata y nos destruye. Y el amor es de Dios y con el viene la vida y vida en abundancia. (Proverbios 10:12) dice: “El odio despierta rencillas pero el amor cubrirá todas las faltas”.

Sacar a luz las faltas de los demás a cada rato es odio, es la obra del diablo. Todo eso es destructivo.
Pero el amor cubre los pecados y las faltas de los demás. Para que sea amor debe ser imparcial. (1 Pedro 4:8) dice: “Ante todo tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”. Dios nos perdonó en Cristo muchas veces y nosotros no queremos hacerlo ni una ni dos veces a los demás.

Si yo no perdono a los demás sus ofensas tampoco Dios persona las nuestras. Es una orden. Si tú descubres los errores de los demás y revelas sus pecados ante los demás, eres un cristiano falso. El amor cubre los pecados, los perdona, y así también cuando pidamos a Dios por los nuestros Él nos perdonará.


PREDICA en Lerma por: PASTOR Víctor R. Preciado Balderrama

Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.

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