martes, 27 de mayo de 2014

MI ALMA QUEDO CAUTIVADA CON LA SANA DOCTRINA DE CRISTO

MI ALMA QUEDO CAUTIVADA CON LA SANA DOCTRINA DE CRISTO

¿Sabes lo que es vivir cautivado? Hay muchas cosas en este mundo que nos pueden cautivar: por ejemplo una película, una melodía, una historia conmovedora o el encanto de una linda mujer. Sin embargo, con el tiempo, estas cosas dejan de cautivarnos.
(2Co 4:17,18) “17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. Tenemos un ejemplo extraordinario en un siervo de Dios:
(Heb 11:24-27) “24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. 27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible”.

En cambio, hay algo que nos puede cautivar, si se lo permitimos, y mantenernos bajo su poder para siempre. La Sana Doctrina de Cristo nos dice que no es un poder destructor, sino al contrario, algo que trae verdadera vida. El apóstol Pablo sabía lo que era ser cautivado por ello.
Escuchen sus palabras en (Gálatas 2:20,21) “20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”.

Después de su experiencia con Jesús en el camino a Damasco, su vida jamás volvió a ser igual. Todas sus metas, sus anhelos, sus deseos habían pasado al olvido, y sólo vivía para una cosa - conocer mejor al que dio su vida en su lugar. ¿Cómo podemos tú y yo ser cautivados de la misma manera? Sólo por medio de algo que se llama Sana Doctrina de Cristo en el evangelio. ¿Qué es el evangelio? La palabra misma significa buenas noticias, pero eso sólo nos ayuda un poco. ¿Qué clase de buenas noticias son? ¿En qué consisten? Felizmente, tenemos todo un libro en la Biblia, escrito por Pablo mismo, que tiene como finalidad ayudarnos a entender el evangelio.

Podemos pasar varios meses conociendo mejor este libro de los Romanos. Mi deseo con todo mi corazón es que, todos sean cautivados también por la Sana Doctrina de Cristo en el evangelio, para que nuestras vidas ya no sean iguales sino transformadas.

Entonces, abramos nuestras Biblias en: (Romanos 1:1-6) “1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, 5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; 6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo”.



¿De qué se trata el evangelio? La respuesta es muy sencilla, y se encuentra en el versículo #3. El evangelio, muy simplemente, se trata de Jesucristo. Es un mensaje acerca de Jesucristo. Pero por favor, en la sencillez de esta idea, no te pierdas lo profundo que es esto. El evangelio no es simplemente una forma de conseguir el perdón de Dios. Tampoco es algo para memorizar y repetir como un loro.
El evangelio es el mensaje de todo lo que Jesucristo es, y todo lo que ha hecho por nosotros. Observen todas las cosas que dice Pablo en el espacio de unos pocos versículos acerca del evangelio. Para empezar, nos dice que el evangelio había sido preparado por Dios mediante las sagradas Escrituras. Se refiere a lo que ahora llamamos el Antiguo Testamento.

Jesucristo es el centro del evangelio. Y si entendemos quién es Jesucristo, entonces entenderemos la Sana Doctrina de Cristo en el evangelio también. Sin Jesucristo, el evangelio no tiene ningún sentido. Ahora bien, cuando hablo de conocer a Jesucristo, se trata de entender quién fue y quien es, para conocerlo espiritualmente. El conocimiento de Jesucristo no viene por una imagen, sino por su Palabra. Por ejemplo de que se trata de Jesucristo, tenemos estos Versículos en: (Romanos 1:7-15) “7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. 9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, 10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros. 11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; 12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí. 13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles. 14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. 15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma”.

La iglesia en Roma probablemente había surgido de los romanos que estaban en Jerusalén el día de Pentecostés, y allí habían oído allí la predicación de Pedro. Regresaron a Roma con el mensaje del evangelio, y surgió entonces una iglesia. Pensemos, por un momento, en esta situación. Pablo escribe a un grupo de personas que él no conoce, pero a quienes desea visitar. ¿Cuál era la conexión entre Pablo y los romanos? Ellos eran de diferentes lugares; Pablo era de una ciudad llamada Tarso. Eran de diferentes nacionalidades: Pablo era judío, mientras que la mayoría de los creyentes romanos eran gentiles. Solo tenían en común, una cosa: La Sana Doctrina de Cristo en el evangelio. Eso era suficiente.

De aquí vemos algo muy importante: Que está en la Sana Doctrina de Cristo en el evangelio que es algo compartido. En primer lugar, la Sana Doctrina de Cristo en el evangelio une a todos los que lo reciben. Ese mismo evangelio llevó a Pablo a orar por los romanos, gente que no conocía personalmente, y a desear visitarlos. Lo llevó a querer compartir con ellos, y también recibir el ánimo que ellos le podían dar en la fe. En cambio las religiones nos separan y nos dividen como si fuéramos naciones.


La Sana Doctrina de Cristo en la Palabra dice: (Mat 12:25) “Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá”. Por lo tanto, si las religiones, son una muy distintas a las demás no vienen de Dios, más bien son un diseño de satanás para dividir al pueblo de Dios, (1Co 1:12,13) “12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?”. (Mat 7:21) “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.

Cuando el evangelio se conoce y se comparte, trae verdadera unión entre las personas. Tristemente, hay muchas iglesias donde se comparte el evangelio de forma tenue o parcial. Sin embargo, cuando realmente nos entregamos a la Sana Doctrina de Cristo que es el mismo evangelio de Jesucristo, que nos trae la unión más fuerte que pueda existir. (1Co 1:9,10) “9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. 10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”.

Si tú quieres que tu matrimonio y tu familia tengan verdadera unión, el evangelio de Cristo es la única base. No me refiero sólo a orar para aceptar a Jesús; eso es el principio. Pero conforme más penetra la Sana Doctrina de Cristo con toda su verdad en el corazón de cada uno, más unida estará la familia, tomando un equilibrio familiar. (1Co 7:10,11) “10  Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer”.

El evangelio es también la única base para la unión en la Iglesia. (1Co 12:27) “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. Si tratamos de basar la unión en el hecho de que todos somos tan simpáticos, tarde o temprano vamos a fallar. Pero cuando la sana doctrina de Cristo nos une, nada nos puede separar. Incluso encontramos una profunda conexión con personas que no conocemos, cuando el evangelio nos une. (2Jn 1:9) “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”.

Por esto, el evangelio de Cristo es algo que se debe compartir. Así como la Sana doctrina de Cristo, unía a Pablo con los romanos, también lo dejaba con la deuda de compartirlo con todos. Con judíos y con gentiles, con analfabetos y doctores, Pablo se sentía en deuda, y estamos nosotros en deuda también. Les debemos a los que no lo han escuchado la oportunidad de oír y de responder al evangelio.

(Rom 1:16,17) “16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.


(Juan 14:6) “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Si Jesucristo es la Verdad del evangelio, entonces el evangelio es algo que tenemos que compartirlo. En Rom 1:16 vimos que el evangelio es el Poder de Dios, y que ese poder se desata por medio de la fe. De hecho, es por fe desde principio a fin.
Pablo, bajo inspiración del Espíritu Santo, nos demuestra por qué nos hace falta la Sana Doctrina de Cristo, y qué beneficios nos trae, cómo transforma nuestra vida, qué relación tiene con el plan universal de Dios y cómo debemos de vivir a la luz de su Palabra.

La Sana Doctrina de Cristo es algo tan glorioso que no debemos avergonzarnos. ¿Por qué? Porque es el poder de Dios. Es al conocer a Jesús por medio de la proclamación del evangelio que experimentamos en nuestra propia vida el perdón de Dios, su poder para transformarnos y cambiar nuestra vida. El evangelio de Cristo es la única forma en que podemos conocer así el Poder de Dios.

Hoy te invito a que busques más de Dios, el que te esfuerces en buscar la verdad, quiero que conozcas más de su Evangelio de Cristo. Pídele a Dios que te Ayude a amar más a Jesucristo, a conocerle mejor y a compartir con otros acerca de Él. Y si nunca has creído en la Sana Doctrina de Cristo, y si nunca has expresado tu fe en Jesucristo como tu Señor y Salvador, hoy lo puedes hacerlo. Déjate cautivar por el evangelio de Cristo. No hay nada igual.


Predica por: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES BÍBLICOS GRATIS (en formato Word)
Todo es completamente gratis, como escritor de estos materiales te voy a dar los originales para que tú le pongas el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le hagas las modificaciones que a ti te parezcan convenientes. Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia.
Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia.
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