sábado, 22 de julio de 2017

LA SANIDAD INTERIOR

LA SANIDAD INTERIOR; Miércoles, 21 de julio de 2017
INTRODUCCIÓN: (sanidad interior) A veces no entendemos porque somos rebeldes a Dios, o porque herimos a nuestros seres amados, o porque no crecemos en el Señor Jesucristo… aunque Israel era el pueblo de Dios, siempre su actitud hacia Dios era la de un pueblo pagano, a veces comparado con Sodoma y Gomorra… por qué? Es esencial un acercamiento genuino a Dios, donde permitimos su obra en los más profundo de nuestro ser...
I. ¿QUÉ ES LA SANIDAD INTERIOR?
A) Es un proyecto divino que procura la restauración del hombre.
Nota: Jehová Dios ha diseñado restaurar al hombre caído y a la creación que sufrió las consecuencias de ésta caída en el Edén. Al principio el hombre era completamente espiritual (quiero decir su espíritu gobernaba su ser), pero con la caída se volvió almática, víctima de sus pasiones y sentimientos (perdiendo las virtudes del principio).
Es por esta razón que el hombre debe ser redimido en su totalidad, espíritu, alma y cuerpo (Éste cuerpo es sanado y será transformado, nuestra alma es restaurada y transformada, y nuestro espíritu recibe nueva vida y restauración, pues las sagradas Escrituras, hablan del espíritu algunas aflicciones, por eje. “tribulación de espíritu”, “quebrantamiento y aflicción de espíritu” y otros). Esto implica un trabajo desde lo profundo del hombre, desde su corazón (por eso la expresión "sanidad o sanación interior"), hablamos de salvación, restauración, sanidad, liberación, santificación…
B) Es un proceso divino (No es algo inmediato, se inicia con el nuevo nacimiento).
C) Es un tratamiento divino (Es una obra de Dios; sólo él puede sanar y restaurar el corazón del hombre, pues al fin y al cabo es su Creador).

II.  RESULTADOS DE LA SANIDAD INTERIOR:
A)  UNA VIDA SANA. Nota: Hablamos de una sanidad integral = en el cuerpo, alma y espíritu. Por Ej: la falta de perdón produce multiples enfermedades (por ej: en el corazón, la piel, parálisis, tumores, etc), un ejemplo en las Sagradas Escrituras, lo vemos en Ana, esposa de Elcana (1 Sam. 1:1-7)1Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. 2 Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía. 3 Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová. 4 Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte. 5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos. 6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. 7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía”.
B)  UNA VIDA SANTA. Nota: Una vida que camina en la voluntad de Dios, una vida que irradia la presencia de Dios. La santidad es el resultado de un corazón sano y restaurado. 
C)  UNA VIDA DE SERVICIO. Nota: Es decir llevaremos fruto para Dios, seremos vasijas que portan la gloria de Dios, que llevan la unción del Espíritu Santo, el apóstol Pedro lo dijo: “de lo que tengo te doy”. La sanidad interior nos hace instrumentos idóneos para Dios.
  
III.   EL FUNDAMENTO DE LA SANIDAD INTERIOR:
A)  El sacrificio de Cristo, (Isa. 53:4,5) “4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Nota: Jesús sufrió todo esto no sólo para darnos seguridad de la salvación eterna en el cielo, sino para darnos sanidad aquí en la tierra: (Lucas 4:16-19) “llevó nuestras enfermedades… sufrió nuestros dolores… por su llaga fuimos nosotros curados…”. Esto lo demostró Jesús aún en su ministerio terrenal antes de la cruz: la frase: “Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón”. Nos habla de una labor al interior del hombre (esto es sanidad interior) en corazones quebrantados, que según el término griego quiere decir que han sido despedazados, estropeados, quebrados, derrotados completamente… Así como también cuando nos habla de libertar a los cautivos y oprimidos, no habla de cárceles físicas, sino espirituales… (Muchas cosas en nuestra vida provocaron el quebrantamiento o heridas del corazón, y el encarcelamiento emocional).  

B)  La Palabra de Dios, (Sal. 107:20) “Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina” y (Heb. 4:12) “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Nota: la Palabra de Dios produce vida, es cortante (como un bisturí que corta los tumores del pecado), genera orden en la estructura del ser humano (espíritu, alma y cuerpo) y saca a la luz las malas intenciones de nuestro corazón…

C)  La acción sobrenatural del Espíritu Santo, (Isa. 61:1-4) 1El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. 4 Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”. Nota: Éste pasaje nos expresa la voluntad de Dios para su pueblo: sanidad de corazón, sanidad física, libertad para aquellos que están en cárceles espirituales, consolación, gozo, reedificación, restauración… Hoy día estamos en el ministerio del Espíritu Santo y esto es lo que él quiere traer a su pueblo.  

Reflexión: Jehová Dios quiere trabajar en lo profundo de tu corazón, traer libertad, sanidad, restauración y orden a tu corazón, Jehová Dios requiere un acercamiento sincero, genuino, humilde, que reconoce su condición y necesidad, el Espíritu Santo quiere ayudarte. Permitamos a Jehová Dios hacer su obra en nosotros. En Jesucristo encontramos la sanidad interior. Podemos ver la sanidad interior y su importancia en la vida de José el hijo de Jacob: (Génesis 42:7,9) “José reconoció a sus hermanos en cuanto los vio; pero hizo como que no los conocía, y hablándoles ásperamente les dijo: ¿De dónde habéis venido?... De Canaán, para comprar alimentos… y les dijo: Espías sois”. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que José ha tenido un respaldo maravilloso de Dios. De tal forma que ahora era el gobernante de la tierra, era quien vendía trigo a todos los pueblos (Génesis 42:6) “Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a tierra”. Era un hombre de poder y autoridad, el faraón tenía completa confianza en él. Entonces desde el punto de vista norma y natural José estaba en su mejor tiempo. Sin embargo, aparecen sus hermanos y traen con ellos los tristes y dolorosos recuerdos de la adolescencia de José y las difíciles relaciones que hubo entre ellos.     
     
Como cualquier persona, José reacciona ante la presencia de sus hermanos de acuerdo a las heridas producidas años atrás (dolor y heridas que no habían sido curadas), habían transcurrido unos veintidós años, y José los trató como enseña las Sagradas Escrituras, con indiferencia, aspereza, también los acusa de ser espías y finalmente los envió a la cárcel por tres días (Génesis 42:17) “Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días”. Esto nos deja ver que el paso del tiempo no sana por si solo las heridas, pues quien realmente sana las heridas del corazón se llama Jesucristo, es él quien con su poder y amor trae sanidad interior. Las reacciones que podemos ver en de José son un espejo de las nuestras cuando no hemos sanado el corazón, es decir cuando no hemos perdonado. La indiferencia (“hizo como que no los conocía”) con la cual se procura ignorar la realidad, la aspereza (“hablándoles ásperamente”) con la que se busca demostrar la ausencia de cualquier debilidad, y la falsa acusación y encarcelamiento de sus hermanos. Estos son actos con los cuales probablemente quería que sintieran el dolor que él vivió años atrás cuando lo lanzaron a una cisterna (estos son los deseos de venganza o justicia propia, muy ocultos en el corazón herido, al igual que aquellos deseos de fracaso ajeno por las injusticias recibidas).
Es muy interesante ver que es posible vivir, alcanzar éxitos y grandes metas, y aun llegar a gobernar con el corazón herido. A pesar de aquellos grandes logros José requería la sanidad de su corazón, y es Dios mismo quien prepara el escenario.

No importa cuánto poder o unción llegues a alcanzar, o cuan prospero llegues a ser, o los niveles de autoridad a los cuales el Señor te permita llegar, siempre estaremos aprendiendo y siendo procesados por las poderosas y bondadosas manos del Alfarero, quien da la forma a la vasija como él quiere.  Es muy importante que la sanidad interior venga al corazón del hijo de Dios, que éste la acepte y asimile, pues de lo contrario el corazón herido dañará a los que están bajo su dirección, por su inseguridad emocional provocará deserción en sus filas y conducirá al caos y fracaso a aquellos que dirige (esto es su familia, iglesia, empresa, ministerio, entre otros).

Conclusión: Perdonar es un estilo de vida, nos acerca a Dios, nos libra de la amargura, de la tristeza y trae sanidad y libertad. La sanidad interior nos conduce por el camino del propósito divino, y esa sanidad, esa libertad, será cada vez mayor y como un bálsamo del Dios sanador y restaurador, que nos impulsa y fortalece a seguir por la senda del llamado del Señor Jesús.

Salmos 3:5,6 "Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas."

Salmos 34:15;17 "Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias."

Salmos 41:4 "Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado."

Salmos 46:1 "Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones."

Salmos 55:22 "Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo."

Salmos 73:26 "Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre."

Salmos 103:3 "El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias"

Salmos 107:20 "Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina."

Salmos 120:7 "Yo soy pacífico; Mas ellos, así que hablo, me hacen guerra."

Salmos 147:3 "El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas."

Filipenses 3:13,14 " Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."

Isaias 41:10 "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia."


Mateo 11:28-30 "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." 

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